Querido amigo y amiga:

¿Cómo se espera que vivamos en el mundo después del Katrina? Desde luego, debiéramos vivir "en el temor de Dios", incluso si nunca hubiese existido ese tornado o huracán. Pero el mensaje es muy claro para todos en cualquier lugar: "¡Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano!" (Isa. 55:6). ¡El Señor no va a estar siempre "cercano", como lo está ahora!

Los geólogos no pueden explicar el diluvio de Noé. La Biblia nos informa sencillamente: "Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra" (Gén. 6:5). Pero había un hombre "justo", y Dios le preservó la vida, de forma que vino a ser "heredero de la justicia que viene por la fe" (Heb. 11:7). Basta el simple sentido común, para hacernos ver que también nosotros debiéramos vivir en un mundo de pecado, como herederos de esa justicia que viene por la fe!

Eso no significa de ningún modo "juzgar" a Nueva Orleáns. "No juzguéis para que no seáis juzgados", es la ley de Jesús. Los pecados de otros serían los nuestros (¡y lo son!), de no ser por la gracia de un Salvador que tomó sobre su naturaleza impecable nuestra naturaleza pecaminosa a fin de poder sufrir en todo sentido la tentación, tal como nosotros la sufrimos, pero manteniéndose siempre "sin pecado" (Heb. 4:15). Jesús no fue un Ejemplo imposible, sino que es el eficaz Salvador DEL pecado. Considera las casas devastadas que la TV nos ofrece estos días, y compáralas con tu casa. Aún resuenan las palabras, "si no os arrepintiereis, todos pereceréis igualmente"; y si no hemos perecido, es sólo por la gracia del Señor.

A la vista de lo anterior no hay otra conclusión posible: "El amor (ágape) de Cristo nos constriñe, pensando esto... para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos" (2 Cor. 5:14 y 15). Quizá el mundo (¿o incluso la iglesia?) nos considere fanáticos, pero ¿cómo habríamos de "pensar" de otro modo?

El "temor de Dios" que sentimos no es nada parecido a un miedo egoísta, sino el aprecio-reverencia del que habla el Salmo 130: "De lo profundo, Jehová a ti clamo... si miras los pecados, ¿quién, Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado" (vers. 1-4). El "temor" al que se refiere el mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14:6 y 7 es también un profundo agradecimiento por el perdón en Cristo.

R.J.W.