Querido amigo y amiga:

¿Qué quiso decir Jesús al afirmar que "el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mat. 26:41)? ¿Implicó que estamos compuestos por dos partes que funcionan independientemente?

Un sabio autor escribió algo hacia el año 1900, que no sabríamos explicar mejor: "No somos salvos a base de que se nos libre de la carne, sino recibiendo poder para vencer y dominar todos los malos deseos y tendencias de la carne... Si es que hubiéramos de ser salvos a base de quitarnos toda tentación, poniéndonos así en un reino exento de tentación, entonces no había necesidad alguna de que Jesús hubiera venido a este mundo. De esa forma jamás llegaríamos a desarrollar el carácter. Por lo tanto.. Jesús vino al mundo, y se puso en la misma carne en la que nosotros estamos; y asumió esa carne tal como es, con todas sus tendencias y deseos; y mediante el poder divino que manifestó por la fe, ‘venció al pecado en la carne’, poniendo así al alcance de toda la humanidad la fe divina que trae el poder divino... para liberar... del poder de la carne... Lejos de salvar a los hombres de la forma en que habrían resultado desvalidos y desprovistos de carácter –situándolos en un entorno exento de tentación-, Jesús vino al hombre... en medio de todas las tentaciones de éste... y mediante su victoria, trajo la victoria a toda alma en el mundo... El adulterio comienza en el pensamiento impuro, en el deseo acariciado... [Jesús] pudo ‘compadecerse de nuestras debilidades’ debido a que ‘fue tentado en todo según nuestra semejanza’ (Heb. 4:15)... ‘Cada uno es tentado, cuando de su propia pasión [sus propios deseos y tendencias de la carne] es atraído y seducido’ (Sant. 1:14). Jesús pudo experimentar todo eso sin pecado, puesto que ser tentado no constituye pecado. Es sólo ‘después que ha concebido’, cuando el deseo es consentido, cuando la tendencia recibe aprobación; es sólo entonces cuando ‘da a luz el pecado’. Y Jesús, ni en un solo pensamiento acarició un deseo o sancionó una inclinación de la carne... Haciendo así, trajo la completa victoria a toda alma en el mundo, así como el poder divino para mantenerla" (Alonzo Trevier Jones, Review and Herald, 18 set-2 oct).

Quizá nos pueda costar entender cómo lo hizo, pero está al alcance de todos recibir aquello que nos trajo. "Lo que era imposible por la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Rom. 8:3 y 4).

R.J.W.