Querido amigo y amiga:

¿Cómo puede ser Jesucristo "el Salvador del mundo" (Juan 4:42)? ¿Podemos aceptar "que es el Salvador de todos los hombres" (1 Tim. 4:10), siendo que la inmensa mayoría de los que pueblan el mundo lo ignoran o lo rechazan, para su perdición eterna? ¿Cómo es posible que sea el Salvador de personas que no quieren la salvación? ¿Las fuerza acaso?

No. Cristo no fuerza a nadie. Pero Dios amó "al mundo" de tal manera que ha dado a su Hijo unigénito. Tiene perfecto derecho a amar al mundo, y a "todos los hombres": ¡Es su Creador!

Y los amó tanto, que envió a su propio Hijo para salvarlos. Salvarlos: Ese es el resumen de su obra entre nosotros. ¿Crees que realizó aquello para lo que fue enviado? Dijo: "He acabado la obra que me diste que hiciera" (Juan 17:4).

Eso significa que, efectivamente, "salvó el mundo". La evidencia quizá más clara de que sucedió así, es que en este momento estás respirando: tu vida física actual es la demostración de que él llevó tu muerte, y te dio su vida. De no haber sido así, habrías dejado de existir en las "tinieblas" de la muerte segunda para siempre. A ese respecto, la situación de cualquier ser humano, sea que crea o que no, es idéntica. Mantener la vida presente de todo el mundo, y de todo ser humano que lo pueble o haya poblado tras la entrada del pecado, requirió el mismo sacrificio que permitirá la vida eterna de los que lo acepten y sean salvos para la eternidad. Sí. Podemos estar seguros, Cristo experimentó "la muerte por todos" (Heb. 2:9). Juan declaró: "Él es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo" (1 Juan 2:2). Isaías 53 dice: "Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros" (vers. 6), y "por darnos la paz, cayó sobre él el castigo" (5).

Eso significa que todo momento de "paz" que cualquiera en el mundo haya disfrutado, ha sido el resultado directo de una experiencia correspondiente pero de signo opuesto, del sufrimiento y tortura por parte de Cristo en nuestro favor. Piensa en toda la alegría que incontables millones de personas han disfrutado, casi siempre sin la más leve noción de lo que costó su placer. Piensa en todo el pan comido, "sin discernir el cuerpo del Señor" (Juan 5:33 y 51; 1 Cor. 11:29).

El evangelio eterno, que tiene todavía que alumbrar la tierra con su gloria (Apoc. 18:1-4), ha de ser una gloriosa revelación de ese hecho sublime, de ese maravilloso intercambio: "Por sus llagas fuimos nosotros curados". Nos queda aún muchísimo que aprender sobre aquel momento en el que "Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí, no imputándole sus pecados" (2 Cor. 5:19). Todo ser humano habrá de confrontar esa realidad, habrá de comparecer ante el tribunal de Cristo, y reconocer en su cruz la Fuente de toda abundancia y gozo que haya disfrutado (egoístamente?). Es tu privilegio reconocerlo hoy, ahora, y andar en su luz. Puedes hacerlo en la siguiente respiración, en el sol y en la lluvia, en todo lo que eres y tienes (Hech. 17:27 y 28). Quizá alguna vez hayas sentido la inquietud de esta pregunta: ¿qué voy a hacer con mis pecados? Piensa ahora en otra pregunta aún más importante: ¿Qué vas a hacer con Cristo, quien tomó sobre sí, y lleva todos tus pecados, para que aceptándolo recibas su vida para salvación eterna?

Como exclamó Jeremías, "¿No os conmueve a cuantos pasáis por el camino? (Lam. 1:12). Alguien muy especial se hizo eco del mismo pensamiento, hace ya más de cien años: "No obstante, él, su Creador y Redentor, tolera con paciencia el persistente menosprecio de sus misericordias. Como este asunto se presenta cada día con insistencia a mi mente, estoy tan asombrada que no puedo conservar mi paz... Cristo con su propia sangre compró a toda la familia humana" (Alza tus ojos, 242).

¿Te conmueve a ti esa sangre con la que compró tu alma, y la de toda la familia humana? ¿Sientes ese amor, que es más fuerte que la muerte? ¿Vives en la presencia de su bondad y paciencia? Toda la familia humana necesita conocer esas buenas nuevas: necesita verlas hechas realidad en ti y en mí.

R.J.W.-L.B.