Querido amigo y amiga:

Aún aquel que nada sabe sobre cómo interpretar el libro de Apocalipsis, mediante la simple lectura de los capítulos 12 y 13 puede situarse fácilmente en el devenir de su actual cumplimiento. En los versículos del capítulo 12 citados entre paréntesis, es posible discernir:

(1-6) La historia de la verdadera iglesia de Dios, desde los doce apóstoles de Cristo hasta la Edad Media. Se encuentran bien detallados el nacimiento y ascensión de Cristo (el propio rey Herodes procuró la muerte de Jesús, siendo éste un niño; Mat. 2:11-20).

La feroz persecución de la Roma pagana (que actuó como delegado terrenal de Satanás), intentando destruir a la verdadera iglesia de Dios. El "dragón" odia a Cristo, circunstancia que está en la base del conflicto secular entre el bien y el mal.

Los 1260 días proféticos representan 1260 años literales, tal como indica el sentido común, y como confirma el cumplimiento de la profecía de las 70 semanas de Daniel 9:24-26. Ver también Eze. 4:6 y Núm. 14:34.

El conocimiento de la historia de la Edad Media en Europa identifica sin lugar a ninguna posible confusión cuál fue el poder que tomó el relevo de la Roma pagana en la persecución de los que como tú y como nosotros, creemos en la libertad de conciencia y en la Biblia como fuente inspirada y regla de fe, y elegimos obedecer a Dios antes que a los hombres.

(7-10) Se da un salto hacia atrás, para comprender la procedencia del conflicto: la rebelión de Satanás en el cielo, o principio de ese conflicto de los siglos de cuya feliz resolución nos habla Apocalipsis.

(11-16) El martirio de millones de fieles cristianos, tal como atestigua la historia. Es la manifestación en la tierra, de esa misma enemistad de Satanás contra Cristo, desplegada contra sus seguidores que no se doblegaron ante la apostasía generalizada.

(17) El clímax de esa persecución, dirigida contra los que guardan los mandamientos de Dios (léelos en Éxodo 20:2-17) y tienen el testimonio de Jesucristo, que es "el espíritu de la profecía" (19:10). Se encuentra en un futuro cada vez más inmediato.

El capítulo 13 es una explicación más pormenorizada de lo referido en el precedente. En él se presentan:

(1-10) La primera "bestia" o "ser viviente" (según la versión), que es el poder político-religioso que tuvo el primado durante la Edad Media (1260 días de Apocalipsis 12:6, equivalentes a los 3 años y medio del vers. 14, y a los 42 meses del versículo 5 de este capítulo 13). La "herida de muerte" consistió en la derrota militar que puso fin al poder temporal (y a su posibilidad de perseguir) de ese poder político-religioso que reinó supremo durante la Edad Media. La historia es incontestable: El general Berthier, durante la Revolución Francesa, realizó eso en 1798, al tomar prisionero al papa y poner fin a su reino temporal.

(11 y sucesivos) Aparece en escena un segundo poder mundial, al principio descrito con el carácter de un "cordero", surgiendo de una zona despoblada del planeta (posteriormente a ese año 1798 AD). Desde ese humilde y sano comienzo, se desarrolla hasta la indiscutida y única potencia mundial que hoy es.

La curación de la herida de muerte del primer poder (presentado en el capítulo 13), es la moderna resurrección de esa institución que en siglos pasados persiguió hasta la muerte a millones de mártires, y que hoy goza de una cada vez mayor influencia en el mundo, incluyendo al mundo protestante incauto y al no cristiano.

La atención del lector se dirige a continuación hacia ese segundo poder que "ejerce todo el poder" del primero "en presencia" de él, y hace que todos los moradores de la tierra adoren al primer poder, "cuya llaga de muerte fue curada" (vers. 12). Comenzó como un cordero, pero ahora habla "como un dragón" (vers. 11). Los últimos acontecimientos políticos y militares podrían ser la antesala del cumplimiento del capítulo 13 de Apocalipsis. Para quienes vivimos hoy, no es sólo excitante, sino solemne.

"La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder presto" (1:1). "Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra" (22:12).

R.J.W.-L.B.