Querido amigo y amiga:

La historia de Elías no es un cuento legendario que merezca ser puesto en el olvido a los pocos días de haberle prestado atención. Tanto Malaquías como el propio Jesús anunciaron que Dios enviaría de nuevo a "Elías", antes de la venida de Jesús. Y podemos tener la seguridad de que algunos cristianos lo tratarán tal como hicieron Acab y su esposa Jezabel. ¿Podríamos estar nosotros implicados en ese maltrato? ¿Pudiéramos, sin saberlo, estar albergando el equivalente al culto a Baal? Ese nombre significaba simplemente "Señor". Llegada la hora de sentarse a la mesa, el ama de casa llamaría así a su marido: "Baal... ¡a comer!"

En un tiempo de confusión espiritual, el pueblo asumió sinceramente que "Baal" era otra forma aceptable de referirse al Dios de Israel. Eso era propiciado por el hecho de que temían pronunciar su verdadero nombre, al considerarlo supersticiosamente sagrado. El culto a Baal se había introducido de forma paulatina. Era el tipo "contemporáneo" de adoración, la costumbre al uso, algo que no desentonaba a los ojos de la sociedad que rodeaba al pueblo de Israel. Podría haber significado algo así como un esfuerzo ecuménico por alcanzar a tantas personas a su alrededor, atrapadas en el secularismo. Al pueblo de Israel, ese tipo de adoración le resultaba agradable y seductora.

Acab y Jezabel eran el equivlente al "ungido del Señor" en su santo oficio. Tal circunstancia no debiera sorprendernos, habida cuenta de que el Señor había puesto al propio Baasa como príncipe de su pueblo, por más que este hubiera llegado a ser el paradigma de la corrupción (1 Rey. 16:2). La prosperidad que acompañó al reinado de Acab fue tal, que aquel que pusiese en duda que Dios aprobaba y bendecía sus caminos, sería considerado simplemente como un pobre trastornado, o bien como un perverso fanático. De forma natural, el pueblo veía en Acab al "príncipe de Israel" divinamente señalado. ¿Mundano? Sí, pero eso estaba bien considerado.

¿Destacó la amabilidad, humildad y cortesía de Elías, en su aparición ante el rey? Sin cita previa, irrumpió en el despacho de Acab. Se emplazó ante el estupefacto rey y le anunció sin rodeos el castigo inminente. Acto seguido desapareció sin decir adiós. Volvió posteriormente a confrontar a Acab con el inquietante mensaje de que él era la causa de aquella terrible sequía y hambre. ¿Qué comité de iglesia invitaría a "Elías" a ser el predicador invitado?

Jesús despeja la confusión diciéndonos que cuando venga, "Elías" no será un hombre de rostro severo y barba canosa. Será un mensaje. En el tiempo que precedió a la primera venida de Jesús a esta tierra, aunque Juan Bautista manifestó no ser personalmente Elías (Juan 1:21), Jesús identificó el ministerio de Juan con "Elías" (Mat. 11:7-14; Lucas 1:17). Mateo 17:10-13 añade un detalle esclarecedor: el "Elías" que estaban esperando, había venido ya anteriormente, y había sido rechazado por no haber sido reconocido como tal.

¿Cuál fue el mensaje de Juan (Elías) Bautista?: (a) "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29), y (b) "Arrepentios" (Mat. 3:2). ¿Cuál crees que será el mensaje de "Elías" antes de la segunda venida de Jesús, según Malaquías 4:5? No tenemos necesariamente que pensar en el fuego, el viento ni el terremoto. Según 1 Reyes 19:12, la presencia de Dios se manifestó a Elías en el "silbo apacible", algo más bien fácil de que pase desapercibido...

R.J.W.-L.B.