Querido amigo y amiga:

Moisés escribió repetidamente en Deuteronomio algo que fortalece el corazón del pobre, y advierte misericordiosamente el del rico. ¿Sufres opresión o injusticia? ¿Hay pobres a tu alrededor? Dios dice al poderoso: "No explotarás al jornalero pobre y necesitado... así no clamará contra ti a Jehová, y no serás responsable de pecado" (24:14 y 15). ¡Págale su jornal, antes que se ponga el sol!

"Cuando haya algún pobre entre tus hermanos... no endurecerás tu corazón ni le cerrarás tu mano a tu hermano pobre, sino que le abrirás tu mano liberalmente y le prestarás lo que en efecto necesite... pues él podría clamar contra ti a Jehová, y se te contaría como pecado" (15:7-9). Es evidente que tu hermano pobre es digno de lástima en términos humanos, pero ¡tiene acceso al trono de Dios! El oído del Señor está atento a su clamor. Dios tiene contadas cada una de sus lágrimas (Sal. 56:8). Ese tema impresionó al apóstol Santiago, quien escribió (5:4): "El jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros, clama y los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos". Si lees el versículo 6 verás que el asunto hace referencia a mucho más que simplemente un fraude laboral (ver también Isa. 51:23; 59:13-15).

Se trata de advertencias al poderoso, pero también de buenas nuevas para los oprimidos que en su angustia claman al Señor. "Los ojos de Jehová están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos... Claman los justos, y Jehová oye y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu" (Sal. 34:15-18). "Sostiene Jehová a todos los que caen y levanta a todos los oprimidos" (Sal. 145:14).

¿Te trata alguien injustamente? Lleva tu caso al Señor. En la Edad Media, millones murieron injustamente de manos de perseguidores "cristianos". Clamaron al Señor, y él los oyó: "¿Hasta cuando Señor, santo y verdadero, vas a tardar en juzgar y vengar nuestra sangre de los que habitan sobre la tierra? Entonces se les dio vestiduras blancas" (Apoc. 6:10) Nadie va a arrebatarles su corona. "Oíd palabra de Jehová, vosotros que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos los que os aborrecen, y os niegan por causa de mi nombre, dijeron: Glorifíquese Jehová. Mas él se mostrará con alegría vuestra, y ellos serán confundidos" (Isa. 66:5). Gracias a Dios, la Edad Media pasó. Estamos ahora viviendo en el tiempo de la purificación del santuario. Es el momento de que toda verdad salga a la luz, y todo error sea desechado. No es el momento de la venganza ("Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor" Rom. 12:19). Pero sí que es el momento de clamar al Señor y de confiar en él. Clamar es precisamente la actitud que el Señor espera hoy de sus siervos fieles (Eze. 9:4-6).

El oprimido puede parecer insignificante, débil entre los débiles, pisoteado por los poderosos, pero "su defensor es el Fuerte" (Sal. 23:11). Si la injusticia te hace estar de ánimo triste, lee en Lucas 6:21-28. Jesús te llama "bienaventurado".

R.J.W.-L.B.