Querido amigo y amiga:

No pocos cristianos sinceros aceptan la creencia popular según la cual el hombre es por naturaleza inmortal. Creen que el episodio de la adivina de Endor apoya la idea de que Samuel seguía consciente, después de la afirmación bíblica de haber muerto (1 Sam. 28:12-19). En ese relato creen encontrar la prueba de que a pesar de que Samuel había muerto, de alguna manera seguía vivo.

Reflexionemos en lo que ese supuesto "Samuel" tenía que decir al desdichado rey Saúl: El monarca estaba francamente fuera de sí, presa de la ansiedad, ante el ataque inminente de los filisteos. Había orado al Señor, sin obtener respuesta. ¿Le trajo ese "Samuel" de ultratumba alguna buena nueva de parte de Dios? Ese espíritu le dijo precisamente aquello que Satanás propone siempre a toda alma afligida por el desánimo: "Tu situación es desesperada. Has ido demasiado lejos como para volver. No hay solución para ti. ¡Quítate la vida!"

Dios jamás dice algo así a nadie. "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Si en esa situación extrema de apretura ante la amenaza de los filisteos, Saúl se hubiese afligido en oración, convocando una reunión con David (quien por cierto era un verdadero profeta de Dios) a fin de postrarse a rogar en arrepentimiento, el Dios de Israel habría respondido salvando a su pueblo, como nunca había fallado en hacer. Pero en lugar de eso, el rey Saúl invitó a Satanás mismo a venir y puso en sus manos su vida y la del pueblo de Israel.

El pretendido "Samuel" hundió en la desesperación y la angustia a un desanimado y desamparado ser humano, presentándole todos sus errores y pecados como un hecho irrecuperable, y lo empujó al suicidio.

No. Esa no es jamás la obra de Dios. Jesús no llevó a nadie a la desesperación. 1ª de Samuel 28 llama a ese espíritu "Samuel" solamente porque así lo creía aquella bruja de Endor. Y Samuel, en lugar de creer a Dios, la creyó a ella. Malas nuevas.

"Si os dicen: 'Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando', responded: '¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?' ¡A la ley y al testimonio!" (Isa. 8:19,20). ¿Qué dice "la ley y el testimonio"? "Esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna: y yo le RESUCITARÉ en el día postrero". En Génesis 3:4 encontramos cuál es el verdadero origen de la teoría de la inmortalidad natural del alma. La Biblia nos presenta la vida eterna como el DON de Cristo, el único que posee la inmortalidad (1 Tim. 6:16). ¿Inmortalidad natural del alma, o resurrección? ¿Encantadores y adivinos, o Cristo? ¿A quién oiremos?

R.J.W.-L.B.