Querido amigo y amiga:

Oí a un predicador esforzarse por dar las Buenas Nuevas a su auditorio. Hacia el final de la predicación, decía: "La próxima vez que pequéis -y volveréis a pecar, puesto que no hemos llegado aún allí- recordad: Dios os ama y os perdona". Me dejó pensativo. ¿Qué significa "allí"? ¿Acaso algún momento en el que los que creen las Buenas Nuevas habrán de dejar de pecar? Si es así, ¿cuándo o dónde está ese "allí"?

La Biblia nos enseña que la voluntad de Dios es que el "allí" sea cuando aceptamos nuestra muerte en Cristo (Rom. 6:1-13; 2 Cor. 5:14). Por la fe, aceptamos ahora la nueva realidad de nuestra muerte y resurrección, de antemano realizadas en Cristo. "Lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu" (Rom. 8:3,4). El "allí" queda pues situado en el "ahora". "El pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!" (Rom. 6:14,15). Si estamos en "temor", lo único que podemos hacer es planes para seguir pecando, mientras aguardamos un milagro en el futuro, a la vez que nos endurecemos en la incredulidad con respecto al milagro que Dios quiere realizar en nosotros, en el presente. "El temor mira el castigo", y carece de poder para salvar del pecado (1 Juan 4:18).

Pero estar "bajo la gracia" es estar bajo una nueva motivación que se basa en el aprecio de lo que costó al Hijo de Dios nuestra salvación. Esa gracia hace imposible que sigamos viviendo en el pecado. Manifestada en el amor [ágape] de Cristo, nos "constriñe" a la total obediencia a la ley de Dios. Estando "bajo la gracia", los diez mandamientos son diez promesas de victoria sobre el pecado. "La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad, y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo [no en algún tiempo futuro] sobria, justa y piadosamente" (Tito 2:11,12). Pablo se preocupó ciertamente de ese asunto del "allí". Para él, es ahora: "No hagáis provisión para la carne, para cumplir sus deseos" (Rom. 13:14, KJV). El decir: 'Volveremos a pecar', aún siendo cierto que el Señor es misericordioso y perdonador, es hacer "provisión para la carne".

La Biblia nos presenta una generosa provisión para aquel que ha pecado, pero es peligroso imaginar una provisión para los pecados futuros, que la Biblia no presenta. La Biblia tiene mejores nuevas, mejores remedios para eso.

Has pecado, "por cuanto todos pecaron" (Rom. 3:23). Cristo te dice: "Confía, hijo: tus pecados te son perdonados" (Mat. 9:2). ¿Qué provisión hace para el futuro? El mismo que "dijo, y fue hecho, mandó y existió", el Verbo, pronuncia sobre ti la palabra creadora: "He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor" (Juan 5:14). En su primera epístola, Juan no dice: 'Estas cosas os escribo para que no os preocupéis, puesto que seguiréis pecando'. ¡No! En 1 Juan 2:1 leemos: "Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis". Jesús nos dice dos cosas: (1) "Ni yo te condeno", y (2) "no peques más" (Juan 8:11). ¿Difícil? No, si recibes la palabra de Dios como lo que es en realidad (1 Tes. 2:13); no, si te pones en las manos de "Aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría" (Jud. 24) ¡Buenas, y alegres Nuevas!

R.J.W.-L.B.